Hasta el 1995 dio nombre al municipio. Su nombre originó la leyenda de Santa Perpètua de Gaià.
Del castillo de Santa Perpetua era señor el conde de Barcelona, que lo cedió en feudo a la familia de los Cervelló. El conde cedía un castillo a un militar que, a partir de entonces, se convertía en su vasallo. Este, en cambio, estaba obligado a ser fiel al conde ya ayudarle cuando le llamara, sobre todo en caso de ayuda militar. El pacto se sellaba con un juramento de vasallaje.
Castillo de Santa Perpètua de Gaià (Tarragona)
Los Cervelló constituyeron un linaje nobiliario importante que llegó a poseer la mayor parte de los castillos de la parte alta del Gaià. La posesión de tantos castillos les facilitaba el dominio sobre el territorio. Especialmente valiosos eran castillos como el de Santa Perpetua, que debido a su situación en primera línea de frontera, en un meandro del río Gaià y en una zona de paso obligado para todos, permitía controlar el paso de gente, ganado y mercancías arriba y abajo del río.
Esta acumulación obligó a prolongar el sistema de vasallaje hacia militares de categoría inferior: los castellanos. Estos, a su vez, se hacían vasallos directos de los Cervelló y como tales administraban y defendían un castillo en nombre de su señor al que le debían ayuda y fidelidad.
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