domingo, 16 de septiembre de 2012

LA TALLADA






Una impresionante masía, llena de gran belleza, a pesar de su estado ruinoso. Accedimos por un lateral, introduciéndonos en lo que parecían unos establos. El cuerpo central totalmente derruido solo se podían ver las paredes estructurales y el escombro que yacía en el suelo. Pudimos acceder a la segunda planta, por una escalera que apenas se veían los escalones. En la parte de arriba, se encuentra una pequeña capilla, habitada por palomas, accedemos por los laterales por miedo a que el techo cediera.
Por último, salimos por la parte trasera, donde parecía encontrarse la bodega.





El término de la Tallada está documentado desde la Edad Media. En 1182, Guillem de Claramunt cedió las tierras a Berenguer de la Tallada. Uno de los descendientes de éste, Pedro de la Tallada, vendió la partida en el monasterio de Santes Creus el año 1232. En 1243 el monasterio adquirió a Arnau de Vilanova las tierras que quedaban ya Guillermo de Aguiló los derechos señoriales sobre el lugar. 
El edificio, cerrado entre muros almenados, fue reformado en el siglo XVI, y muy modificado a finales del siglo XIX, momento en el cual se debió construir el cuerpo lateral, con la galería de arcos ojivales. El reloj de sol de la fachada, hecho de cerámica, están las fechas de 1589 y 1898. Actualmente se encuentra en muy mal estado y gran parte de su interior está derrumbado.

En nuestra visita pudimos recoger estas supuestas psicofonias.


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